Český Krumlov

Esta ciudad es uno de los emplazamientos medievales más importantes del país. Su centro histórico, nombrado Patrimonio Mundial por la UNESCO, es un laberinto de callejones serpenteantes construidos alrededor del inmenso castillo Cesky Krumlov. El teatro de la corte del castillo, del siglo XVIII, es una de las pocas maravillas de este estilo que aún existen. 

Un laberinto de casas góticas y renacentistas, de adustos monasterios y orgullosos templos, en donde a cada paso se descubre algo nuevo y acecha una sorpresa o un misterio que resolver. Parece que esta ciudad es como un sueño, que con cada nueva visita se transforma. Y quien se canse de vagabundear por sus calles, puede sentarse en el auditorio giratorio del teatro del castillo, recorrer las estancias de una serie de galerías o museos abiertos al interesado o contemplar desde alguno de los barcos del río la majestuosa mole del castillo en las alturas.
La orilla del río Moldava de enfrente, que está unida con el palacio mediante un puentecito, forma la ciudad vieja. Aquí te esperará sobre todo una extraordinaria arquitectura de las casas burguesas de origen, edificios medievales y cervecerías. También deberías tener en cuenta la Iglesia de San Vito que encubre el panteón de los Rožmberk. Después durante una vuelta nocturna no pases por alto el luminoso puente de cinco pisos que conecta el Castillo Superior con el edificio del teatro palaciego.
Ninguna visita del Palacio de Český Krumlov estaría completa sin subir a la Torre del Palacio. Justamente desde aquí se logra una de las más bonitas vistas a la pintoresca ciudad vieja. Los amplios jardines, donde se celebran a menudo distintas funciones en el singular auditorio giratorio, también forman parte de la visita. Puedes hacer tu estancia en esta ciudad de cuento de hadas todavía más agradable al ver funciones de ópera, teatro o de ballet. En este espacio tan elegante puedes gozar de obras de los dramaturgos más famosos del mundo, como fueron por ejemplo, William Shakespeare o Giuseppe Verdi. 
No olvides conocer a los habitantes de la fosa del castillo -los osos- porque son una parte inseparable del colorido de la ciudad.